Un cuadro vive en función de quien lo acompaña, se ensancha y crece a los ojos del observador sensible, y muere del mismo modo. Por lo tanto, es un acto arriesgado e insensible enviarlo al mundo exterior.
(Mark Rothko)
Un cuadro vive en función de quien lo acompaña, se ensancha y crece a los ojos del observador sensible, y muere del mismo modo. Por lo tanto, es un acto arriesgado e insensible enviarlo al mundo exterior.
(Mark Rothko)